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Las 10 Virgenes





LA PARABOLA DE LAS DIEZ VIRGENES

 




Introducción

Una parábola, en los evangelios, es un relato donde Jesús utilizó una o más figuras simbólicas para explicar una realidad acerca del reino de los cielos. Todas las parábolas que podemos encontrar en la Biblia comienzan con la expresión “el reino de los cielos es semejante a…”.

La hermenéutica puede ser definida como el conjunto de principios que, al aplicarlos adecuadamente, nos ayudan a interpretar correctamente las Escrituras. Dicho de otro modo: si, para sostener una doctrina, violamos uno o más principios hermenéuticos, entonces la doctrina que sustentamos está basada en una interpretación incorrecta de la Biblia.

La principal regla de la hermenéutica es la de la “interpretación literal”, según la cual  la Biblia quiere decir exactamente lo que está escrito en ella, a menos que cuestiones históricas, gramaticales, contextuales, simbólicas o de otra índole, indiquen que deba suspenderse el principio de interpretación literal y deba recurrirse a algún otro principio de interpretación.

Los ejemplos de pasajes que no son susceptibles de ser tomados de un modo literal son, precisamente, las parábolas, los sueños y las visiones, los cuales han de ser entendidos, siempre, de manera simbólica.

El capítulo por excelencia donde podemos encontrar las parábolas de Jesús es Mateo, 13. A este capítulo se lo conoce, precisamente, como el “el capítulo de las parábolas”:

[+] Parábola del sembrador (Mateo, 13:1-9, 13:18-23);
[+] Parábola del trigo y la cizaña (Mateo, 13:24-30, 13:36-43);
[+] Parábola de la semilla de mostaza (Mateo, 13:31-32);
[+] Parábola de la levadura (Mateo, 13:33);
[+] Parábola del tesoro escondido (Mateo, 13:44);
[+] Parábola de la perla de gran precio (Mateo, 13:45);
[+] Parábola de la red (Mateo, 13:47-50);

No obstante, la parábola sobre la que trata el presente estudio aparece no en Mateo, 13 sino en Mateo, 25 y se denomina “parábola de las diez vírgenes”. Esta parábola está referida al rapto o arrebatamiento de la iglesia.

La tribulación

Se conoce con el nombre de Tribulación a los últimos 7 años del gobierno del hombre sobre la tierra, antes de la segunda venida de Jesucristo. A su vez, se suele dividir a estos últimos 7 años en dos mitades: un primer sub-periodo de 3 años y ½ llamado Tribulación seguido de un segundo sub-periodo, también de 3 años y ½, llamado Gran tribulación. La “bisagra” entre estos 2 periodos es la manifestación y revelación plena del anticristo declarándose Dios dentro de un tercer templo que aun hoy no se ha construido. Esta es la “abominación desoladora de la que hablo el profeta Daniel” (Mateo, 24:15, Daniel, 9:27) y de la que también hablo Pablo (2º Tesalonicenses, 2:3-4). La diferencia es que las calamidades y los eventos desastrosos serán más frecuentes e intensos en el segundo sub-periodo de 3 años y ½, pero, en general, los últimos 7 años serán angustiosos.

Para muchos, estos últimos 7 años de la historia se inician con el rapto o arrebatamiento de la iglesia, es decir, ocurrido el rapto, quedaran aun 7 años más del gobierno del hombre y luego se producirá la segunda venida de Cristo propiamente dicha.

El rapto o arrebatamiento de la iglesia

Pablo habla del rapto en:

1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Aquí Pablo dice que estaba revelando un “misterio” (un secreto), pero la resurrección de los muertos se puede encontrar en el AT. El secreto está en que algunos no van a morir, sino que serán tomados vivos ante la presencia del Señor después de pasar por una transformación instantánea.

El Rapto sucede muy rápido. En un instante nos encontramos caminando en la tierra y al siguiente estamos en el Reino.

El rapto o arrebatamiento de la iglesia consiste en el traslado instantáneo de millones de personas vivas de la tierra a los cielos, en los días venideros y está acompañado por otro evento paralelo: la resurrección previa de todas aquellas personas que, antes de morir, pidieron perdón a Dios por sus pecados, aceptando a Jesús como su Señor y Salvador pero la muerte se les anticipo. O sea, tanto los muertos en Cristo (serán “resucitados”) como los cristianos que se encuentren vivos (serán “transformados”) serán llevados al cielo, en un pestañear e inmediatamente comenzara la Tribulación.

Pablo vuelve a hablar del rapto en:

1 Tesalonicenses, 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

La idea del rapto no solo encuentra sustento en los pasajes que lo refieren (como vimos, 1 Corintios, 15:51-52 y 1 Tesalonicenses, 4:15-17) sino en la idea de que la iglesia no sufrirá la ira de Dios:

1 Tesalonicenses, 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

1 Tesalonicenses, 5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

Como la ira de Dios alcanzara su máximo pico durante la Tribulación (últimos 7 años) y no estando “puesta para ira”, la iglesia se tiene que ir antes (en el rapto).

La parábola de las diez vírgenes

En el libro de Mateo, podemos leer:

Mateo, 25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 25:2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 25:5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 25:6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 25:7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 25:8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

De este pasaje, pueden extraerse las siguientes ideas:

[+] Las vírgenes representan a la iglesia:

2 Corintios, 11:2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.

La iglesia es la esposa de Cristo (Efesios, 5:22-27),  por lo que ambos son un solo cuerpo (Génesis, 2:24)  y Cristo es la cabeza de ese cuerpo (Colosenses, 1:18).

[+] El aceite representa al Espíritu Santo:

En el AT:

1 Samuel, 10:1 Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? 10:6 Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre [unción de Saúl].

1 Samuel, 16:13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá [unción de David].

En el NT:

Lucas, 4:14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 4:15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. 4:16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 4:17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 4:18   El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 4:19  A predicar el año agradable del Señor.

En el NT, el Espíritu Santo viene, como mínimo, dos veces sobre una persona:

[1] al ser salvos, es decir, al oír el evangelio de la salvación con fe (Gálatas, 3:2; Efesios, 1:13-14); y

[2] al ser bautizados en el Espíritu Santo (Mateo, 3:11): este “bautismo en el Espíritu Santo” (prometido por Jesús en Hechos, 1:8 y cumplido en Hechos, 2:1-4), no es para salvación sino para recibir poder y ser equipado con algunos de los nueve dones del Espíritu Santo (1 Corintios, 12:8-10), siendo una señal distintiva de haber recibido este bautismo especial el “hablar nuevas lenguas”;

El Espíritu Santo se recibe (la primera vez) por fe, junto con la salvación:

Gálatas, 3:2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 

Efesios, 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Recibido el Espíritu Santo por fe (junto con la salvación), se queda morando en el creyente:

1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Más allá de que, en el AT, el Espíritu Santo haya venido sobre algunos al ser ungidos con aceite y de que, a diferencia de esto, en el NT el Espíritu Santo se reciba (junto con la salvación) solo por la fe, lo que se intentó demostrar es que el “aceite”, bíblicamente hablando, representa al “Espíritu Santo”.

[+] Las vírgenes  “insensatas” y las “prudentes”:

Mateo, 25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;

Las vírgenes “insensatas” no tienen aceite y simbolizan a los cristianos que están dentro de la iglesia y que no tienen al Espíritu Santo (la idea es rara ¿verdad?: un cristiano que esta metido dentro de la iglesia y que no tiene al Espíritu Santo).

Mateo, 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

Las vírgenes “prudentes”, en cambio, tienen aceite y simbolizan a los cristianos que están dentro de la iglesia y que si tienen al Espíritu Santo.

La diferencia entre las vírgenes “prudentes” y las “insensatas” no es una simple cuestión de "compromiso", como lo demuestra el siguiente pasaje:

Mateo, 25:5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

Toda la iglesia se relajó (se durmió) antes del rapto.

La diferencia entre las vírgenes “prudentes” y las “insensatas” es más profunda y decisiva: mientras las “prudentes” son salvas, las “insensatas” no lo son.

Esta parábola es muy predicada en las iglesias, pero casi siempre se omite decir que las vírgenes “insensatas” no son salvas.

¿Qué es lo que confunde?.

Que todas son llamadas "vírgenes", lo cual no significa que todas sean salvas sino que todas están metidas dentro de la iglesia, que no es lo mismo (recordemos que iglesia = virgen, por aplicación de 2 Corintios, 11:2).





Mateo, 25:6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!

Habrá una señal concreta sobre la inminente ocurrencia del rapto.

Más allá de este clamor (esta señal) que precede al rapto, la Biblia dice que nadie conoce (ni los ángeles) el momento exacto de su ocurrencia:

Mateo, 24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 

Pero ¿es posible conocer la época?.

Lucas, 12:56 ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?

En este pasaje Jesús acusa a los fariseos de que, mirando el cielo, sabrían si llovería pero no eran capaces de reconocerlo a Él como el Mesías. Esto significa que, como cristianos, debiéramos ser capaces de reconocer la época de ocurrencia del rapto.

El Señor nos dejo la siguiente advertencia:

Mateo, 24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

En este pasaje, la “higuera” representa a Israel, el “brote de las hojas” representa su restauración como estado político y el “verano” representa la segunda venida de Cristo (tanto en el rapto de la iglesia como al final de la Gran Tribulación). La higuera comenzó a reverdecer en mayo de 1948, cuando nació el Estado de Israel. Si consideramos que en la “guerra de los 6 días”, librada por Israel en 1967 contra una coalición de naciones árabes, Israel recupero el control total de Jerusalén, podríamos decir que la higuera está bastante reverdecida.

Mateo, 24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

Lo que Jesucristo quiso decir con esto es que algunas personas de la generación que estaba naciendo cuando Israel fue restaurado como estado político en mayo de 1948 (cuando la higuera reverdeció), aun estarían vivas cuando Él retornara.

De acuerdo a la propia Biblia una generación es de 70 a 80 años (Salmos, 90:10) o directamente de 70 años (Isaías, 23:15).

Salmos, 90:10 Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años,

Isaías, 23:15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.

Si tomamos como una señal decisiva la restauración de Israel en mayo de 1948 (y vaya si lo es) y que muchos de los que estaban vivos en esa época, estarán vivos para cuando el Señor regrese, nos vamos al año 2018 (1948 + 70). Si a 1.948 sumamos 80 años (la otra alternativa de Salmos, 90:10), nos vamos al año 2.028. Año 2.023 en promedio si a 1.948 sumamos 75 años (el promedio entre 70 y 80 años).

Con esto, no pretendemos “sacar cuentas” sino solo corroborar que estamos en los “últimos tiempos”, los cuales, más allá de las fechas, deben ser reconocidos por los verdaderos hijos de Dios.

[+] El fin de la historia:

Mateo, 25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

El final de la parábola es que, habiendo venido el Señor (habiendo ocurrido el rapto), mientras las vírgenes "prudentes" (salvas) entraron con él a las bodas (participaron del rapto), las  “insensatas” (no salvas) no pudieron hacerlo porque, habiendo ido en busca de aceite (del Espíritu Santo, es decir, de la salvación), “se cerró la puerta”.

Conclusión:

Puesto que existen solo dos estados espirituales (salvo o perdido), la parábola de las diez vírgenes de ningún modo significa que todos los cristianos sean salvos pero, como algunos son “más salvos que otros”, los “más salvos” participaran de las “bodas del cordero” (del rapto) y los “menos salvos” no lo harán.

La idea de que un cristiano salvo (que tiene al Espiritu Santo) no participe del rapto de la iglesia y se quede a sufrir la Gran Tribulación (y viceversa) es, además de ridícula, un “oxímoron”.

Un “oxímoron” (del griego “oxymoron” y del latín “contradictio in terminis”) es una figura literaria retórica, que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una misma expresión, que genera, a su vez, un tercer concepto.

Con un “oxímoron” se fuerza al otro a comprender el sentido metafórico de una idea “por el absurdo”. Todo “oxímoron”, en suma, es una figura retórica (perteneciente al campo estricto de la ideas) que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto.

Ejemplos de un “oxímoron”:

[+] la vista ciega;
[+] la luz oscura;
[+] el hielo abrazador;
[+] el fuego helado;
[+] el sol negro…..;
[+] un cristiano salvo que no participe del rapto (o viceversa);

Tener al Espíritu Santo (el aceite) y ser salvo son una misma cosa, por lo que es imposible (un oxímoron) tener al Espíritu Santo y no participar del rapto (y viceversa).

[+] un ¿indicio? de la porción de la iglesia que realmente es salva:

Las diez vírgenes representan el 100% de la iglesia. Solo cinco (el 50%) se van en el rapto (son salvas).

 
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