El Rev. Majed El Shafie, ex-musulmán líder de una iglesia de rápido crecimiento y multiplicación, se encontró con la oferta de su vida, durante su tortuosa prisión en Egipto.
Shafie, quien fue torturado y mantenido en la prisión Abu Zabal del Cairo por siete días en 1998, por liderar una organización cristiana de 24,000 miembros, recibió el ofrecimiento de un guardia que lo había golpeado durante días. Podría recuperar la libertad, y tener cualquier cosa material que quisiera, vehículos o casas, o la mujer de sus sueños; sólo tenía que rendirse y revelar los nombres de sus hermanos y hermanas en Cristo.
La oferta era tentadora pero no era una opción para Shafie. Después de engañar al guardia convenciéndole de que le daría los datos que éste le pedía, a cambio de un buen plato de comida Shis Kebab; Shafie reveló solo el nombre del verdadero líder de la organización: Jesucristo.
Lo que siguió a este episodio fue una brutal golpiza de parte del guardia y días de tortura y encarcelamiento, hasta que finalmente Shafie fue llevado al hospital donde estuvo por tres meses hasta recuperarse. Luego fue sentenciado a muerte, acusado de tres cargos, y con esta sentencia se buscaba silenciar su testimonio y su fe.
Pero gracias a un vehículo para el agua alquilado, Shafie escapó a Israel y luego recibió asilo en Canadá, donde comenzó una organización sin fines de lucro para los derechos humanos, y a través de la cual a ayudado a muchísimos creyentes de minorías religiosas perseguidas en todo el mundo, por los últimos 15 años.
Proveniente de una prominente familia de abogados, Shafie tenía 18 años cuando aceptó a Cristo como su Señor y Salvador en 1996.
No perdió el tiempo en cumplir con la Gran Comisión y comenzó una organización por la lucha de la igualdad para las minorías religiosas en Egipto. La organización creció hasta llegar a tener 24,000 adherentes en tan solo dos años.
Fue el 15 de agosto de 1998 cuando fue arrestado en su oficina.
“Me llevaron a prisión y me torturaron por siete días,” explicó el hombre de 40 años. “Primero me raparon la cabeza, y después me colgaron boca abajo y me sumergían en baldes de agua caliente o fría. Al tercer día, me lanzaron perros para que me atacaran, pero no me hicieron daño. Después, me pudieron en una cruz y me dejaron allí por dos días y medio.”
“Por poco muero”
Shafie no fue crucificado con clavos, pero lo mantuvieron amarrado a la cruz. Al final del segundo día, lo bajaron para someterlo a otro tipo de tortura.
“Hicieron un corte profundo en mi hombro izquierdo, hasta el hueso, y llenaban de sal la herida. Por poco muero,” recuerda. “Estuve en el hospital por tres meses. Ellos no querían que muriera así pues eso me convertiría en un mártir. Primero querían destruir mi reputación.”
Después de tres meses en recuperación, Shafie recibió prisión domiciliaria por 8 o 9 meses aproximadamente. Se le acusó de tres cargos: intento de rebelarse contra la autoridad egipcia, tratar de cambiar la religión oficial de Egipto, el Islam, por el Cristianismo y amar y adorar a Jesús.
“Mi respuesta fue ‘si amar y adorar a Jesús es un crimen, soy culpable de todos los cargos'”, dijo Shafie.
Según la Corte, los cargos merecían la pena de muerte. El equipo de Shafie supo de la sentencia y le advirtió. Shafie escapó de la prisión domiciliaria y fue hacia Alejandría.
El Escape
Solo había dos opciones para Shafie de escapar del país, pues se encontraba en la lista negra y podía ser detenido. Tenía que escapar a través de las montañas o por mar hacia Israel.
“Egipto está rodeado de otros países musulmanes. Si vas a cualquiera de ellos, se enfrenta la misma situación. Así que tomé un Jet Ski y crucé de Taba a Eilat.”
Aunque en Israel también fue arrestado, eventualmente alcanzó su libertad debido a la presión de Naciones Unidas y los grupos de derechos humanos.
“Con la ayuda de Amnistía Internacional y la Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados, fui relocalizado en Canadá en 2002. Me convertí en ciudadano canadiense en 2006.”
“Comencé Un Mundo Libre Internacional. Lo inicié para defender a las personas que se encuentran en la misma situación que yo estaba.”
Entre todas las personas que la organización de Shafie ha ayudado a lo largo de los años, hay 600 mujeres y niños que fueron mantenidos rehénes por el Estado Islámico en Irak, para esclavitud sexual. Un Mundo Libre Internacional ha estado profundamente comprometido en ayudar a financiar el rescate de éstas personas y de cristianos y yazidis privados de su libertad.